Se acerca el 22-M... y lo que llevo anunciando más de un año, por fin se hace realidad: España tenía que despertar de su atocinamiento en vísperas de las Elecciones. Alguien se iba a echar a la calle por huevos, igual que ha ocurrido en otros países donde los papis no tienen tanta paciencia con la generación ni-ni. Y ahí están los acampados de la Puerta del Sol y otras plazas nacionales, revoloteando y buscando su "paella gigante gratis", como contaba el twit más twiteado esta mañana. Lo cierto es que algo se mueve, aunque la mitad de los concentrados aún no sepan si están para un nuevo botellón, para armar jaleo o para que los manejen sin enterarse de que los manejan. Los periodistas y tertulianos felices en TV, lanzando mil teorías de la conspiración... y los políticos totalmente pillados, pero atreviéndose incluso a pedir el voto a los mismos que les están mandando a la mierda. Payasos.
El caso es que, aunque haya intereses sospechosos detrás de las movilizaciones, en la Puerta del Sol hay de todo: estudiantes universitarios con inquietudes, descerebrados ociosos, macarras anti-sistema, parados, más parados, inmigrantes hambrientos, pensionistas despensionados, abuelas curiosas y -sobre todo- mucho votante del PSOE desilusionado con su último "noalaguerra, vivaZP". El fenómeno era previsible porque el país está hecho un auténtico desastre. Y 5 millones de parados (5'5 reales) tenían que quejarse antes o después. Ya no hay más fútbol ni fiestas en el calendario que tapen la realidad... la que Angel Merkel nos recuerda desde un país creciendo al 5%: a los españoles no nos gusta currar. Y lo que es peor, a los que mandan no les interesa que nos pongamos a trabajar. Al menos hasta que los bancos logren hacerse con el 50% del país que aún no controlan: nuestros ahorros escondidos, nuestros pisos embargables, nuestras herencias.
Porque ahora mismo en España hay 3 realidades: los que se han ido a la costa a buscarse un trabajo para el verano o a Alemania a por una nómina, los neo-hippies acampados en la Puerta del Sol y los que lo están siguiendo todo cómodamente por la tele. OK por los primeros, OK por los acampados... y si eres del tercer grupo, eres un privilegiado. Pero el domingo 22 el tren se pone en marcha y tendrás que elegir tu vagón o ver alejarse al tren. El destino está claro: un gobierno con gente mejor preparada para gobernar (y para robar), más trabajo para todos (algo es algo), elecciones anticipadas (por Dios), listas abiertas (pronto pero todavía no), nuevos partidos con nuevos engaños (la semana que viene)... y de los abertzales mejor no hablar, ya se encargará la Historia de condecorar a ZP por su bajada de pantalones.
Yo reconozco que aún no he votado en mi vida, nunca encontré un buen motivo. Pero el domingo pasado bajé a ver lo que ha hecho Gallardón en el Manzanares y vi algo que me emocionó: miles y miles de ciudadanos disfrutando Madrid; un montón enorme de dinero muy bien gastado. Y reconozco que ahora se aparca mejor, pese a las multas. Ahora se circula mejor, pese a las obras. No creo en los políticos, pero me gusta esta ciudad que cada día mola más. Poco importa ya que Rajoy apeste a rancio funcionario. Poco importa la cara de vinagre de Esperanza Aguirre, si es la única que dice lo que hay que decir. Igual me animo el domingo y encuentro una urna por aquí cerca...
