miércoles, 26 de septiembre de 2012

Y SE LEVANTARON COMO ORCOS...


Anoche en Madrid la marabunta apuntó bien y los indignados se concentraron en el verdadero centro de nuestras desgracias: el Congreso de los Diputados. Una amiga me lo relataba en directo desde su balcón en Neptuno: la manifestación muy tranquila hasta que empezaron a escupir, tirar piedras y papeleras a la policía; luego se saltaron una barrera y empezaron los palos; ambas partes repartiendo por igual y ya no había niños ni ancianos en primera fila, sólo macarras encapuchados a patadas con un poli y polis a porrazos con los chavales. El sistema funciona así: si te saltas la ley, primero te sacuden y luego vas al trullo. Quien se salta una valla policial, comete un delito que el Estado debe evitar. ¿Mil policías es una provocación? Nunca se sabe si van a ser 6.000 o 600.000 los manifestantes, mejor prevención que improvisación. Y tras la primera pedrada, no cabe misericordia. Igual que harías tú si intentan robar en tu casa o atacan a tu mujer. Señores Indignados... si queréis cambiar el sistema, empezad por asfixiar al Estado: no pagar impuestos, no usar transporte público, no consumir productos de grandes marcas ni multinacionales... pero sobre todo, tomad ya una decisión: DENTRO o FUERA del sistema. Dentro, basta montar un partido por la refundación del país y con 7-8 millones de indignados, se gana en las elecciones y a ver cómo lo hace el pueblo soberano. O fuera del sistema... de guerrillero y al monte. Pero nuestra imagen en el mundo ahora es de fiesteros inconscientes que pasamos de trabajar... y así nos luce el pelo.